El Celta y el Unión Deportiva Alhama han protagonizado una de las historias más bonitas del verano. El modesto club aragonés supo de la retirada de las viejas butacas de Río Bajo, que fueron sustituidas este verano, y decidió pedírselas al Celta a través de las redes sociales. La respuesta afirmartiva del club celeste no se hizo esperar.
El presidente del club, acompañado de una serie de ayudantes, se personó en el estadio celeste para llevar las butacas a su estadio, el humilde El Vivero, en el que cada quince días juega el Alhama, un club de la preferente aragonesa. Tenía en mente una ambiciosa remodelación que se ha llevado a cabo con éxito durante estos días.
A cambio de las butacas ofreció gratitud al club vigués, colocó la palabra Afouteza en la camiseta de esta temporada, y bautizó a la remozada grada con el nombre de “Río” en honor a la procedencia de los asientos. Después de semanas de trabajo la grada ya está terminada. No solo se ha engalanado con las nuevas butacas, sino que ha sido cubierta por lo que las inclemencias meteorológicas ya no serán un problema para los aficionados de este club.
Una unión que va más allá de lo material, ya que dos de sus jugadores son seguidores del Celta, un sentimiento que sin duda se ha visto reforzado por los acontecimientos de las últimas semanas.
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