La prensa turca ha contado estos días una anécdota protagonizada por Emre Mor cuando jugaba en el Borussia Dortmund, que tal vez hubiese cambiado la decisión del Celta si la hubiese conocido antes de ficharlo. Se sabía que el turco-danés empezó siendo titular con el equipo alemán, pero tras una expulsión en un partido de liga se cayó de los planes de su entrenador.
El jugador fue expulsado en un partido ante el Hertha Berlín tras ver una tarjeta roja directa. Fue el 14 de octubre, y le caerían dos partidos de sanción. Al regreso de la misma fue titular ante el Hamburgo, y en el siguiente partido no jugó, en la derrota de su equipo frente al Bayern.
Tras este encuentro comenzaron los problemas con Thomas Tuchel, entrenador del equipo alemán, que al final de ese partido pidió a sus jugadores, incluido Emre Mor, que no había jugado, que aumentara la intensidad en el entrenamiento posterior al encuentro, pero el actual jugador del Celta protestó esa decisión.
Tuchel perdió los nervicios y le gritó: “¡Cállate, cierra la boca y sigue entrenando!”. El técnico trasladó sus quejas incluso al personal del Borussia Dortmund, asegurando que no estaba satisfecho con la actitud de Emre Mor. A partir de ese momento los problemas disciplinarios se hicieron frecuentes, tan solo jugaría 188 minutos desde ese día, 62 de ellos en Copa ante un equipo de cuarta división. Al final de ese curso el Dortmund lo pondría a la venta. El Celta pagó 14 millones de euros por sus servicios.
Viendo lo que ha sucedido con el internacional turco en sus dos años en Vigo, uno entiendo lo que pudo haber sucedido en Dortmund, y por qué el equipo alemán decidió vender a una de las mayores joyas del fútbol europeo. Sorprende que el Celta, que siempre observa este tipo de actitudes a la hora de fichar, pudiese pasar por alto lo sucedido esa temporada.
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