Un ejemplo llamado Sergio


Foto: Faro de Vigo
Sergio Álvarez perdió la titularidad tras la llegada de Miguel Cardoso al banquillo, pero su nivel de implicación no ha bajado un ápice desde entonces. El guardameta de Catoira es un futbolista ejemplar en muchos aspectos. Se ha labrado una gran carrera en Primera División gracias a su ética de trabajo y su sacrificio. 

Nunca lo tuvo fácil para triunfar. Siempre fue el patito feo. En el filial lo era de Yoel, y en el primer equipo lo fue del propio Yoel y después de Rubén Blanco. Siempre con el estigma de ser suplente, que no le ha impedido disputar 184 partidos con el primer equipo y más de 160 con el filial. Siempre con la vitola de suplente, y muchas veces titular. 

Sergio se gana el puesto en cada entrenamiento. Lo dicen todos los entrenadores, que alaban su trabajo diario, y lo recordó este martes Esteban, quien fue su compañero cuando aún alternaba el primer equipo con el filial. El meta ovetense recordaba al de Catoira con palabras de cariño: “Entrenar con Sergio es una pasada. Con su actitud aprendes muchos”. 

En los años en los que Esteban perteneció al Celta, Sergio era el guardameta del filial, pero se entrenaba con el primer equipo. Así estuvo durante varios años, por eso a pesar de que su debut oficial llegó en el mes de junio de 2011, forma parte del vestuario desde hace muchos años, aproximadamente desde el año 2006. 

Esa jerarquía se traslada a la actual plantilla, que lo considera un referente en muchos aspectos, y un ejemplo a imitar. Si el referente entrena así, los demás deben replicarlo. Además, su actitud en el campo es ejemplar. Asume su condición de suplente con naturalidad, y anima como el que más desde el banquillo, como un auténtico líder, dando ánimos y consejos a sus compañeros en el terreno de juego. 

El valor de tener a Sergio en la plantilla es incalculable. Resulta complicado ponderarlo, pero vale un tesoro. El Celta se está planteando su renovación, y sería un acierto que lo hiciese. Si Rubén Blanco continúa con su consolidación como el meta del futuro, no podría tener un suplente mejor que Sergio. Y si algún día tiene que jugar no sería, ni mucho menos, el fin del mundo. 

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