Leyenda eterna


Foto: RC Celta
Iago Aspas firmó ayer su renovación hasta el 30 de junio de 2023. Es en realidad un acto cargado de mucho simbolismo, ya que el delantero moañés tenía un contrato de larga duración, que le unía al equipo celeste hasta 2022. En la práctica supone solo un año más de contrato, pero es mucho más que eso.  Es una demostración de amor a unos colores, de fidelidad por ambas partes. 

Esta renovación ha sido la mejor manera de acallar cualquier tipo de rumores sobre su marcha, incluso en un hipotético descenso a Segunda División. El compromiso de Aspas con el Celta está fuera de toda duda, pero a veces conviene recordar este tipo de cosas para confirmar que estamos ante un futbolista diferente, que no se mueve por lo mismo que muchos de sus compañeros. 

Aspas quiere ser leyenda en el Celta. Ya lo es, ya que su nombre jamás se olvidará, pero quiere quedar en los libros, convertido en el máximo goleador histórico, y en uno de los jugadores que más partidos ha disputado, con permiso de su amigo Hugo Mallo. Quiere trascender, que se le recuerde durante décadas, seguramente siglos, porque lo que está haciendo jamás lo olvidaremos, y será conveniente que se lo recordemos a nuestros hijos, y estos a los suyos. 

Estamos asistiendo a algo irrepetible, porque desgraciadamente los jugadores de su talento no duran mucho en el Celta. Aspas se fue en su momento, dejando 10 millones en las por entonces sufridas arcas celestes, y regresó dos años después para llevar al Celta a Europa. Ahora tiene un nuevo reto, el de salvar al equipo de un descenso que sin él sería seguro. Ya es leyenda. Tenía que estar en el centenario. 

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