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| Foto: EFE |
Es posible que ningún equipo en el mundo tenga una dependencia tan brutal como la que tiene el Celta con Iago Aspas. La presencia del delantero moañés lo cambia todo. Antes de regresar de su lesión, el equipo celeste acumulaba más de cuatro partidos sin marcar un gol, y el último había sido de penalti.
En los dos primeros partidos de Aspas tras su ausencia, el Celta ha marcado seis goles, y Aspas ha participado en cinco de ellos. Tres goles y dos asistencias para engordar su currículum particular. Su importancia es tan grande que uno no se imagina donde estaría este equipo sin Aspas. Bueno, si que nos lo imaginamos pero preferimos no decirlo.
Ayer volvió a dar otro recital, y eso que estaba muerto físicamente. La idea era cambiarlo mucho antes, pero la remontada del Huesca impidió que tuviese unos minutos de descanso que le vendrían muy bien. Escribá lo dejó en el campo, e hizo lo único que sabe hacer, dar un gol casi hecho a Boudebouz para el empate a tres. Su sola presencia hace que sus compañeros sean mejores.
Desde su regreso hemos asistido a dos buenos partidos de Brais Méndez, que ayer incluso marcó un gol antes de lesionarse. También Maxi ha mejorado, e incluso Boufal parece más centrado. El equipo sigue dando síntomas muy preocupantes, pero con Aspas en el campo la salvación está mucho más cerca.
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