Algo irrepetible


Foto: LFP
No podía ser de otra manera. El celtismo lo esperaba como agua de mayo después de tres meses de ausencia en los que el equipo, literalmente, se murió. Más de 90 días de agonía de unos futbolistas que parecían  mucho peores de lo que realmente son sin su líder, sin el guía, sin el facilitador. 

Cuando Iago Aspas está sobre el terreno de juego todo es más fácil. Incluso cuando peor se ponen las cosas, como ayer. El 0-2 del Villarreal hizo mucho daño, no solo al público, que enmudeció durante casi toda la primera parte, sino también a los jugadores, que revivían fantasmas de un pasado muy reciente. 

Pero entonces todo cambia. La diferencia entre tener a Aspas y no tenerlo es el 1-2. Una falta al borde del área, perfectamente ejecutada por el delantero celeste, acaba convirtiéndose en el germen de la remontada. Balaídos se viene arriba, y los jugadores empiezan a creer en sí mismos. Con más voluntad que fútbol empiezan a meter al Villarreal en su área. 

Balaídos lo ve posible, los jugadores lo ven posible. Aspas empuja. Muchas veces el fútbol es más sencillo de lo que creemos. No, no eran malos futbolistas los que han perdido todos estos partidos en los últimos meses. Simplemente estaban bloqueados. La presencia de Iago Aspas hizo el resto. 

Pero es muy importante saber que la presencia de Aspas no es positiva solo en lo anímico. No es solo que tire de sus jugadores, que los empuje y anime. No es solo eso. Es que es un futbolista increíble. Mejora cada balón que toca, ayuda a sus compañeros poniéndole fácil la toma de decisiones. Y encima marca goles de cualquier manera. De cabeza, de falta, de penalti, con la izquierda, con la derecha…. con él todo es más fácil, todo parece sencillo. Y no lo es. Nunca viviremos algo igual. Disfrutad cada uno de los partidos que le quedan como jugador del Celta sabiendo que estáis asistiendo a algo irrepetible. 

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