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| Foto: Xoan Carlos Gil/La Voz de Galicia |
Brais Méndez es uno de los jugadores más talentosos del Celta, y el futuro sobre el que se sentará el club vigués. Su compromiso con el equipo es innegable, e incluso ha rechazado una millonaria oferta del Newcastle, que estaba dispuesto a pagar los 25 millones de su cláusula de rescisión.
De él se esperaba que supliera el liderazgo de Iago Aspas durante la lesión del moañés. No ha sido así, y además no atraviesa su mejor momento de forma, pero es un futbolista al que hay que cuidar y rescatar. Hay que salvarlo porque representa como pocos el patrimonio futbolístico del Celta.
Ayer vivió un partido de contrastes. El equipo ganó, logrando tres puntos de oro para la clasificación, pero seguramente Brais se fue a casa con sensaciones encontradas, porque no acabó de encontrar su juego, cometió ciertos errores impropios de un jugador de su calidad, e incluso recibió críticas desde la grada. Pero es uno de los nuestros y hay que ayudarlo. Es joven, y la línea de aprendizaje tiene curvas muy pronunciadas, que le llevan de marcar 4 goles en 5 partidos a vivir un comienzo de año realmente horroroso.
Con confianza y apoyado en su calidad, volverá a ser el que vimos a comienzos de temporada. Es cuestión de tiempo. No lo matemos todavía.
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