Dos años después de su salida, el Celta se reencontrará con Fabián Orellana, uno de los jugadores más queridos de los últimos años entre la afición. No faltan los motivos para querer al internacional chileno, que jugó en el Celta entre 2011 y 2017, disputando 170 partidos y anotando 36 goles.
Pero su importancia va más allá de las frías cifras. Orellana fue clave en el ascenso de 2012, e hizo todo lo que estaba en su mano para regresar al Celta, donde jugó esa temporada cedido. Lo logró seis meses después, y a continuación se convertiría en uno e los jugadores clave de aquel Celta de Berizzo que se clasificó para la Europa League, y hubiera sido uno de los más importantes en esta competición de no haber tenido un encontronazo con el técnico argentino que le costó su salida del Celta.
Esa salida empañó una estancia inolvidable en el Celta, donde se hizo jugador de Primera División deleitando a la afición con sus filigranas y sus goles imposibles sobre el terreno de juego. Desde entonces se ha medido dos veces al Celta, la primera a los pocos meses de salir rumbo a Valencia, en un partido disputado en Mestalla que acabó con victoria valencianista (3-2).
La segunda, y última hasta el momento, fue en la primera vuelta de la presente temporada, en la goleada del Celta al Eibar (4-0), en la que fue titular y disputó los 90 minutos. El reencuentro no es tan especial como cuando se produce en Balaídos, pero por la televisión veremos con nostalgia a ese pequeño gran jugador que nos hizo felices durante tantas temporadas.
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