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| Foto: Marta G. Brea/Faro de Vigo |
El Celta se reforzó en este mercado de invierno con tres jugadores, con el fin de mejorar la caótica situación deportiva a la que se ha visto abocado. A dos de ellos ya los hemos visto sobre el césped, con mayor o menor éxito, pero uno de ellos todavía no se ha estrenado.
Y no solo eso. Lucas Olaza ni tan siquiera ha entrado en una convocatoria. El futbolista urugauayo viajó a Getafe en una lista de 19 jugadores de la que se caería antes del partido. Es decir, viajó pero finalmente no se sentó en el banquillo, por lo que no tuvo ninguna opción de participar en ese encuentro.
Cuesta imaginarse como está para no ser capaz de sacar del once inicial a David Juncà, uno de los futbolistas más criticados por la afición esta temporada, y que peor rendimiento están dando. E insistimos, ya no es que no lo saque de la titularidad, sino que ni tan siquiera opta a entrar en la convocatoria.
Explicaba Miguel Cardoso hace unos días que la diferencia de temporadas entre Europa y América es importante en este caso. El futbolista viene de un año natural, el de 2018, en el que llegó a disputar la final de la Copa Libertadores, siendo titular con Boca Juniors, y le pilla su llegada al Celta en plena pretemporada argentina. Eso le supone una diferencia de ritmo importante con respecto a sus compañeros.
Podemos entender esa explicación, que tendrá algo de cierto, pero todos recordamos que otros jugadores llegaron a Vigo en la misma situación y apenas se notó este “jet lag”. El caso más claro es el de Eduardo Berizzo, titular prácticamente desde el mismo día en el que llegó al Celta. Olaza además no tiene el hándicap de la adaptación, ya que conoce el club y la ciudad de su paso por el Celta B hace tres temporadas.
Solo cabe pensar que a Cardoso no le parece que de el nivel suficiente, por el momento, para competir con Juncà, y en ese caso se trataría de un error espectacular de la dirección deportiva a la hora de realizar la contratación.
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