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| Foto: Sebastián Mariscal |
En los últimos años se ha hecho habitual que el Celta sea uno de los equipos con más jugadores expulsados. Algo que sorprende teniendo en cuenta que no es un equipo violento, no es de esos que intentar parar el partido, que no se juegue, y que no dudan en jugar al límite del reglamento. Normalmente les acusamos de todo lo contrario, de no saber hacer faltas en el momento oportuno y de no tener la picardía de otros rivales.
Y sin embargo, es uno de los equipos más castigados por los colegiados. Este año ya lidera la clasificación de expulsados, que este año ya son cinco. A saber, Gustavo Cabral, expulsado en dos ocasiones, ante Girona y Real Madrid. Néstor Araujo, ante el Sevilla, Hoedt en Valladolid y Maxi Gómez, expulsado por González Fuertes el pasado sábado.
Ninguna de ellas por roja directa. El Celta alcanza de este modo al Getafe, un equipo que sí juega al límite del reglamento, y que también se ha quedado en inferioridad en cinco ocasiones. Estos datos indignan aún más si tenemos en cuenta, como apunta el diario Atlántico, que el Celta es el cuarto equipo que menos faltas hace en toda La Liga. Esta clasificación la encabeza, cómo no, el Getafe, con 17,9 por partido. Muy lejos de las 12,2 que hace el Celta. Solo están por debajo en esta clasificación Real Madrid, Barcelona y Betis.
Por tanto existe un evidente desequilibrio entre las faltas cometidas y las expulsiones sufridas. Hasta la fecha ninguna expulsión había sido por protestar, así que es evidente que hay un problema y debe solucionarse.
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