El riesgo de no arriesgar


Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo
El Celta se ha visto inmerso en una inesperada lucha por la permanencia para la que nadie estaba preparado. Los malos resultados han precipitado la situación de un equipo que no acaba de levantar cabeza pese al cambio en el banquillo. Decía hace unos días Cardoso que el Celta no está buscando nada en el mercado, aunque no renunciará si aparece una opción interesante. 

Todos sabemos que el mercado de invierno no es el más ideal para reforzar el equipo, y el Celta ha demostrado en años precedentes que no se le da especialmente bien. El pasado curso llegaron Mazan y Lucas Boyé, que no mejoraron en absoluto al equipo, y hace dos temporadas Hjulsager y Jozabed. El sevillano seguramente sea una de las excepciones, pero en general no ha salido  reforzado el equipo en el mes de enero. 

Es difícil mejorar al equipo con cesiones y descartes de perfil bajo, que es lo que normalmente busca el Celta en este mercado, a diferencia del verano, donde cada vez es más ambicioso y busca mejorar el equipo con incorporaciones interesantes, muchas de las cuales han dado buenos resultados. 

Dada la situación, se antoja necesario un cambio en la política de contratación en este mercado, porque en juego hay demasiadas cosas. Los resultados de esta semana sitúan al Celta al borde del precipicio, y con el Villarreal por detrás, un equipo que difícilmente descenderá. 

Ese es uno de los rivales que ya se ha reforzado convenientemente, con la llegada de Iborra, mientras que el Athletic ha fichado a Ibai Gómez. Los rivales mejoran, y el Celta, de momento, ha perdido a Junior Alonso, que ofrecía profundidad de plantilla y relevo en dos posiciones. 

Estamos seguros que el Celta estará trabajando para mejorar la plantilla, porque la situación así lo requiere, y no tiene nada que ver con la de temporadas precedentes. El Celta solo cuenta con dos delanteros, flaquea en el lateral izquierdo y podría ser mejorable  la posición de central. Se necesitan jugadores veteranos, experimentados, que tiren del carro en un vestuario con mucha juventud. Toca arriesgar fichando, no quedándose con la misma plantilla, porque ser cobarde y no arriesgar puede ser un riesgo innecesario. 

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