La reválida de Miguel Cardoso


Foto: Diario AS
Las urgencias convierten el tercer partido de Miguel Cardoso en casi una final a nivel personal. El técnico portugués dirigirá esta tarde su tercer partido como entrenador del Celta, y a pesar de ganar el pasado sábado ante el Huesca, visita a un Villarreal con intereses similares a los del equipo celeste como si fuese un partido decisivo para convencer a la afición de que su era puede ser productiva. 

Todo por la derrota sufrida el pasado miércoles a manos de la Real Sociedad. El preparador luso ha sido muy criticado por la alineación que puso en liza ante el equipo donostiarra, y que limitó mucho al equipo vigués en su intento de remontar el empate a uno de la ida. 

A Cardoso lo acusan de tirar la Copa, una competición que ilusiona mucho a la afición céltica, y que esta temporada apenas ha podido degustar. Además tiene enfrente a un Villarreal que está en una situación parecida al Celta, muy por debajo de lo que esperaban cuando comenzó el curso sus aficionados. El Villarreal ha coqueteado con el descenso, y el Celta llegó al partido del último sábado con la espada de damocles encima de la cabeza. 

Ambos equipos quieren huir cuanto antes de la zona baja, y de paso acercarse a los puestos europeos, objetivo para ambos clubes, al menos a principios de temporada, ya que es posible que a estas alturas la meta se vea de otra manera. Cardoso cogió al equipo en una posición bastante retrasada y sin mucho tiempo para revertir la situación. Su primera semana fue complicada ya que no pudo contar con una decena de futbolistas, que estaban concentrados con sus selecciones, además de los lesionados. Después de más de dos semanas entrenando con todo el equipo, se le empezarán a exigir resultados y una mejor imagen sobre el terreno de juego, por eso el partido de esta tarde es tan importante para él en su intento de convencer a la afición y a la directiva de que ha sido un acierto contar con él. 

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