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| Foto: LFP |
El gran mérito de Miguel Cardoso, a pesar de la derrota sufrida anoche en Anoeta, es el de conseguir con tan solo once entrenamientos, que su Celta sea totalmente reconocible. Lo que vimos ayer es, a grandes rasgos, lo que veremos esta temporada, con los necesarios ajustes para mejorar ciertas fases del juego, pero su idea quedó claramente plasmada sobre el maltrecho césped de Anoeta.
Todo esto teniendo en cuenta que la mitad de la plantilla apenas completó tres o cuatro entrenamientos, ya que estaban concentrados con sus respectivas selecciones, por lo que no pudieron trabajar muchos de los automatismos que preparó para este encuentro el entrenador luso.
Una de las señas de este Celta será la salida de balón, que ayer se demostró que merece mucho trabajo para corregir ciertos errores. El Celta insistió en salir desde atrás, a pesar de que la presión de la Real Sociedad le estaba asfixiando. Así llegó el primer gol realista, que se venía anunciando desde varios minutos atrás.
El propio Cardoso reconocía al final del partido que uno de los campos de mejora es el de saber cuando se puede salir en corto y cuando hay que optar por otras soluciones. La obsesión por salir con el balón desde atrás hizo que el partido se jugase casi en el área del Celta, con una defensa muy superada y una medular que no supo ofrecer soluciones a sus compañeros.
El Celta empezará a trabajar para el próximo partido, y seguramente iremos viendo algo más parecido a la idea final ante la Sociedad Deportiva Huesca. La buena noticia es que este Celta tiene un plan, y que será fiel a él, con los matices necesarios, hasta el final.
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