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| Foto: LFP |
Brais Méndez es uno de los jugadores más queridos en Balaídos. Su condición de canterano, y el talento que tiene en sus botas le hacen acreedor de este cariño, pero faltaba un partido en el que pudiese celebrar un gol. Su único tanto lo había logrado en San Mamés, ante en Athletic, y apenas lo pudo celebrar ya que el Celta intentaba remontar un partido que no había salido nada bien desde el inicio.
Ayer, por fin, se pudo resarcir, marcando ante su público y celebrando un tanto que ponía la victoria del Celta en bandeja. El 3-0 mató el partido, porque el Eibar se sintió sin fuerzas para remontar a partir de ese tanto. Ya le habían hecho daño los dos goles de Aspas en el primer acto, pero ese tanto sirvió para sacar a los de Mendilíbar definitivamente del partido.
El futbolista de Mos no jugó un partido especialmente bueno, o no al menos mejor que en otras ocasiones, pero fue más eficaz que en encuentros precedentes. Desde su debut con el primer equipo siempre ha dado la sensación de que le falta malicia a la hora de culminar las jugadas. Tiene la gran capacidad de disponer de ocasiones de gol en casi todas las ocasiones, pero sus disparos o no encuentran portería o son atajados por el guardameta. Ayer se sacó todos los fantasmas de encima con un remate ante el que nada pudo hacer Asier Riesgo. Es el primero de muchos, no cabe duda de ello.
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