Abonados de cartón piedra


Foto: RC Celta
Una mentira repetida jamás se convertirá en verdad. Y esto es algo que muchos deberían tener en cuenta. El presidente del Celta, Carlos Mouriño, volvió a dar una cifra inexacta al hablar del número de abonados del club cuando fue preguntado por ello ayer en la comparecencia ante los medios. 

El jerarca explicó que “hemos perdido 94 abonados, lo que nos deja una cifra de 21.705. Esta temporada hicimos un esfuerzo muy grande bajando los precios y quitando la cuota de alta, dimos facilidades con la grada de animación… Creemos que estamos en el tope máximo que Vigo puede dar al Celta. El equipo sube en perspectivas, pero el número de abonados no”. 

Es curioso que en los últimos años haya repetido en varias ocasiones que el número de espectadores está en torno a los 22.000, pero esa cifra no es real ni nunca lo fue. Es muy sencillo de comprobar. Cualquiera de los que leéis esto podéis saberlo si os habéis dado de alta en los últimos años. Normalmente el primer número que recibisteis no superó el 19.000. Los de este verano eran inferiores al 17.000. 

Esa es la cifra real de abonados, pero Mouriño se hace trampas al solitario y cuenta como abonados los 1.600 de la grada de Fondo, y todos los que reparten entre peñas, clubes de Vigo y otros compromisos comerciales. Puede que tenga razón al decir que se han expedido 21.705 abonos, pero la cifra de abonados es sensiblemente inferior. 

Y por cierto, cada año menor. Cada temporada, a pesar de que las expectativas deportivas son superiores, el número de abonados baja, pero según el presidente, “este es el tope que puede dar Vigo”. Hace un año aseguraba que las causas del descenso en los abonados eran, entre otros, la emigración. Los jóvenes se van de Vigo y bajan los abonos. 

Lo cierto es que el club no llama a los abonados que se dan de baja, así que lo que diga Mouriño o cualquier empleado del Celta no deja de ser mera especulación y tiene exactamente el valor de una especulación. Pasan los años y el club sigue echando balones fuera y culpando a todos de la desafección del celtismo. A todos menos a ellos mismos, mientras nos siguen sumando abonados de cartón piedra para enmascarar la triste realidad social del club. 

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