Salvar al soldado Emre


Foto: Atlántico Diario
Emre Mor no ha empezado el año con buen pie. Lejos quedan aquellas declaraciones de Antonio Mohamed, cuando todavía no había empezado la pretemporada, en las que señalaba al internacional turco como uno de los jugadores más importantes del equipo. Luego llegó, lo conoció y algo cambió en su concepción. Hace unos días decía que él no podía estar en su cabeza, y le pedía un esfuerzo con el español. 

Es probable que, a día de hoy, el técnico argentino esté tan decepcionado con Emre Mor como lo está la mayoría del celtismo, pero él, igual que nosotros, sigue considerando que es un futbolista con talento al que hay que reconducir para que ofrezca sobre el terreno de juego lo que creemos que puede dar. 

En la misma línea están sus compañeros. Tras el partido ante el Mainz recibió un toque de atención público por parte de Sergio, y ayer otro, aunque más suave y diplomático, del capitán Hugo Mallo en sala de prensa. Es evidente que algo tiene que cambiar para dar lo mejor de sí mismo. No puede perseverar en la misma actitud que le llevó a estar apartado del equipo el pasado curso. Ese no es el camino. 

La versión que vimos de Emre el pasado sábado está muy lejos de lo que esperamos de él. Obstinado en la protesta, se perdió en debates estériles con el colegiado y sus asistentes que no aportaron nada al equipo. El Celta pagó 14 millones por un futbolista de inmensa calidad, de desborde, regate y desequilibrio. Y eso es lo que quiere ver el celtismo.  El futbolista turco-danés está a tiempo de cambiar y ofrecer eso. Solo tiene que querer. 

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