Las vueltas de la vida para Cellerino y Papadopoulos


Foto: Faro de Vigo
Cuando se abrió el mercado de fichajes de invierno en la Temporada 2009-10, Miguel Torrecilla tenía por delante la misión de encontrar uno o dos delanteros que permitiesen al Celta dar un salto de calidad en una Liga que no había comenzado nada bien. Después de salvarse por los pelos el año anterior, el equipo vigués había perdido a dos jugadores como Ghilas y Dinei, de lo poco salvable de un curso para olvidar. 

Para sustituir a estos futbolistas fichó a Arthuro y subió al primer equipo a Joselu, pero el Celta seguía teniendo graves carencias en la vanguardia. Así, el club vigués decidió incorporar a dos arietes: Papadopoulos y Cellerino. Los que seguís al Celta desde entonces no necesitáis una explicación sobre el rendimiento de los dos delanteros. Entre ambos marcaron un gol, el de Cellerino posiblemente en propia puerta de un jugador del Rayo Vallecano. 

El argentino, al que acusaban de tener sobrepeso no seguiría el año siguiente, mientras que el griego aún estaría un par de temporadas en el Celta, totalmente negado cara el gol, y reservando sus balas para los amistosos ante el Ourense. Hablamos de dos delanteros a los que no se recordará por su juego, que seguramente olvidaríamos por su rendimiento, pero que ocho años después siguen estando presentes en Vigo. 

Y es que la casualidad ha querido que los dos jugadores, por distintos motivos, sigan atados a Vigo. En el caso de Cellerino fue el amor quien lo unió para siempre a la ciudad. Recientemente ha estado en la ciudad recuperándose de una lesión sufrida en la liga colombiana, y a Papadopoulos se le ve desde hace tiempo en A Madroa, donde realiza las prácticas de un curso FIFA de dirección deportiva. 

Dos delanteros que vivieron malos momentos en Vigo, pero que quedaron prendados para siempre de la ciudad, y por ende del club. No todo el  mundo es De Ridder. 

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