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| Foto: EFE |
No es que las matemáticas digan lo contrario, pero las opciones europeas han quedado claramente en entredicho tras la derrota sufrida ayer en Butarque. La Liga le había dado una nueva oportunidad a los de Unzué tras la derrota del Girona, y el empate de Sevilla y Villarreal.
Pero ni así. El Celta fue incapaz de derrotar a un Leganés que supo muy bien cómo podía hacer daño al equipo celeste. Los de Garitano ahogaron a los celestes con una intensa presión que provocó pérdidas constantes, en muchos casos en zonas del campo comprometidas. Hicieron más para ganar y acabaron llevándose la victoria. El fútbol muchas veces es demasiado sencillo.
Por delante quedan seis partidos en los que el Celta debe mantener el nivel de alerta necesario para, sino llegar a Europa, acabar al menos lo más arriba posible. Ese seguramente sea el objetivo para lo que queda de Liga, pero los siguientes partidos invitan a pensar que no será un objetivo sencillo. Barcelona, Valencia, Villarreal, Real Madrid.. no son partidos fáciles, pero al menos todos los encuentros que quedan tendrán alicientes para los celestes. No se conforma el que no quiere.
Decía Sergio tras la derrota que el partido del Barcelona es la última bala, y eso complica seriamente el objetivo, porque el conjunto catalán llegará a Vigo con una racha de 39 partidos sin perder. Casi nada para ser la última bala.
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