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| Foto: EFE |
¿Forzó Hugo Mallo la amarilla recibida ayer en Leganés? Eso es lo que insinúa Antonio Estévez en las páginas del diario Marca. La acción desde luego invita como mínimo a la sospecha. Las sanciones por acumulación de amarillas son un problema que los entrenadores tratan de poner a su favor “orientando” los partidos que se pierden, y tal vez el del Barcelona sea el partido menos ganable de los que quedan por delante, y por tanto, aquel en el que una ausencia puede ser un problema menor.
El capitán celeste vio la amarilla a escasos minutos para el final del partido, en una acción en la que recriminó de forma ostensible a un rival tendido en el suelo después de ser objeto de falta por parte de Daniel Wass. El de Marín empujó a su adversario, y una vez vista la amarilla se disculpó de inmediato con él.
El jugador no podrá estar el próximo martes en Balaídos ante el Barcelona, una ausencia que tendrá que resolver Unzué, pero que encaja también en la política de rotaciones que podría llevar a cabo para dar descanso a los jugadores más castiagados. Hugo Mallo descansará y tendrá por delante cinco partidos totalmente limpio de tarjetas. Fuese provocada o no, seguro que al preparador navarro no le importa en exceso.
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