Rubén Blanco mejora sus números


Foto: La Liga
Cuando arrancó esta temporada parecía que la historia se repetiría con Rubén Blanco. El guardameta de Mos acumulaba varias temporadas en las que, a pesar de que su momento parecía haber llegado, terminaba siendo suplente por diversos motivos. Bien por lesiones, o simplemente porque Sergio estaba mejor. 

En las tres temporadas anteriores, desde que forma parte del primer equipo del Celta, tan solo había disputado 20 partidos de Liga, mientras que Sergio jugó 95. Demasiada diferencia para dos cancerberos bastante parejos. Y este año no parecía ser diferente cuando arrancó La Liga en el mes de agosto con Sergio en el equipo inicial y Rubén Blanco en el banquillo. 

En esta ocasión, a diferencia de otros años, no había ningún motivo físico. Rubén superó la pretemporada con éxito. La decisión era meramente técnica, de elección. El preparador navarro, que se ganó la vida como portero, había elegido a Sergio. Rubén tuvo que esperar. Su compañero no hizo un gran arranque de temporada, y tuvo su oportunidad ante el Eibar. Aquel día el equipo armero apenas se acercó a su portería, y cuando lo hizo estrelló dos balones en la madera, pero él consiguió dejar la portería a cero. 

Estaba empezando a consolidarse. Ante el Espanyol completó su partido número 17 esta temporada. Sin duda es la mejor a nivel estadístico, e incluso a pesar de los problemas defensivos que tiene el equipo, ha mejorado sus cifras respecto a temporadas anteriores. En los tres cursos anteriores había recibido 1,45 goles por partido de media, y esta temporada ha logrado reducir esa cifra hasta los 1,35 tantos por encuentro. Obviamente tiene muchos apartados en los que mejorar. Se trata de un guardameta joven, de apenas 22 años, pero por fin, después de varias temporadas, está teniendo una serie de partidos consecutivos para crecer. 

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