Un equipo que siempre da la cara


Foto: Octavio Passos/Getty Images
Cuando se conoció el calendario del Celta era fácil advertir que el inicio de temporada sería relativamente sencillo, con dos escollos en las primeras jornadas, y que se complicaba de forma extraordinaria a partir del mes de noviembre. No arrancó bien el equipo, con muchas dudas en los primeros partidos, y muchos se echaban las manos a la cabeza pensando en las oportunidades perdidas ante equipos relativamente asequibles, viendo lo que se le venía encima al Celta. 

Pero el juego del equipo ha mejorado notablemente en el momento más duro del campeonato. A un calendario complicado se unió el sorteo de Copa, que emparejó al Celta con el Barcelona. Los de Unzué están respondiendo muy bien a las exigencias. Logró un empate en el Camp Nou, mereció mucho más en Mestalla pero enfrente estaba Munuera Montero, salió vivo de la ida de la Copa y ayer arrancó otro punto de un duro enfrentamiento ante el Real Madrid. 

Además, no hay mucho más que pedir en todos los aspectos. Entrega absoluta, coraje y calidad para competir ante equipos económicamente muy superiores. En definitiva, más allá del resultado, el Celta ha hecho lo que debe hacer cualquier equipo humilde. Pelear y competir. Hacer sentir orgullosa a su afición, y responder en los momentos más importantes. El futuro se encara con mayor optimismo. 

Suele presumir Unzué de que su equipo nunca bajó los brazos en ninguna situación. No ha perdido por más de un gol ningún partido, después de enfrentarse a todos los rivales de La Liga salvo el Levante, y siempre ha llegado vivo a todos los finales de partido. Es un equipo que compite, que nunca arroja la toalla, y que si aprende a cerrar los partidos puede ser muy importante en la segunda vuelta. 

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