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| Foto: La Liga |
Desde la marcha de Yoel, el nombre de Rubén Blanco se apuntaba como el del portero de futuro del Real Club Celta. En su primer año como miembro de la plantilla profesional, todos entendimos que Sergio debería ser el titular para que Rubén fuese creciendo a su lado. Así fue, pero pasada esa temporada todo apuntaba a que el momento de Rubén Blanco había llegado.
Situémonos en agosto de 2015. Rubén Blanco es titular ante el Levante en la primera jornada de Liga, aprovechando la sanción de Sergio, expulsado en la última jornada del campeonato anterior. Aquel día comenzó el calvario para Rubén, que se lesionó perdiéndose casi dos meses de competición. En su regreso por lesiones o decisiones técnicas no acabó de entrar en el equipo.
La pasada temporada fue aún peor. Se lesionó durante el verano, cuando todo apuntaba a que sería titular. Regresó, se hizo con el puesto, y se volvió a lesionar, y cuando volvió sufrió una nueva recaída. No era capaz de acumular una serie de partidos consecutivos suficiente para tener confianza y ganarse la del entrenador. Acabó el curso muy mal, quedando incluso fuera de las convocatorias a pesar de estar recuperado.
Tocó fondo y el cambio de entrenador no parecía mejorar su situación, ya que Unzué se decantó por Sergio para el arranque de la temporada. Sin embargo, tras el partido de Eibar decidió darle la alternativa y ahora sí, ahora está sabiendo agarrarse a la titularidad y parece que no la va a soltar. Rubén ya está aquí, ha dado el salto y se ha convertido en el portero titular que ya nadie discute, a pesar de que es evidente que tiene conceptos a mejorar. Como casi todos los futbolistas, pero está en el camino y parece que lo va a conseguir.
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