El adiós (o hasta luego) a un futbolista diferente


Foto: Atlántico Diario
Los días de Guidetti como jugador del Celta podrían haber tocado a su fin. Al equipo celeste y al delantero sueco tan solo los une una cláusula del contrato de cesión al Alavés, con un escenario en el que el equipo babazorro perdiese la categoría. Ese sería el único supuesto que permitiría el regreso de Guidetti al equipo vigués. 

Si el equipo vitoriano se mantiene en Primera División, actualmente ocupa puestos de descenso, Guidetti dejará de pertenecer a la disciplina céltica, previo pago de más de 4 millones de euros por parte del Alavés. Sin duda esta noticia ha entristecido a muchos celtistas por el carisma del jugador, que durante estos dos años y medio se ha metido en el bolsillo a una parte de la afición. 

Su rendimiento este año no estaba siendo merecedor de más oportunidades, aunque bien es cierto que no tuvo muchas. Maxi Gómez está rindiendo a un gran nivel y no es fácil entrar en el equipo. El Mundial de Rusia es una cita a la que no quiere faltar Guidetti, y sabía que si no podía jugar en el Celta lo tendría complicado. Se va acumulando 22 goles en 95 partidos, y dejando para el recuerdo grandes momentos. Su canción, que ha sonado mucho en Vigo durante los últimos meses, y goles importantes, como los marcados el año pasado ante el Madrid en Copa, o ante el Shakhtar en la Europa League se recordarán con cariño. 

Pero Guidetti también protagonizó otros momentos menos afortunados, como la famosa jugada con Beauvue en Old Traffor, que en caso de haber acabado en gol significaría la clasificación para la final de la Europa League. En todo caso, el recuerdo que deja es agradable. El de un futbolista diferente dentro y fuera del terreno de juego, que lo dio todo por el escudo que defendió durante los dos últimos años y medios. Lo echaremos de menos, y seguro que él también a nosotros. 

0 comentarios:

Publicar un comentario