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| Foto: Atlántico Diario |
Pocos entrenadores han recibido tantas críticas en sus inicios como Juan Carlos Unzué. El preparador navarro tiene encima de sí una sombra demasiado alargada como la de Berizzo. El ex técnico del Celta realizó un trabajo increíble durante tres años, y tapar su recuerdo será imposible para los siguientes técnicos, pero es bueno calificar el trabajo de los entrenadores obviando lo que hicieron sus predecesores.
Eso le costó a Unzué comparaciones en las que salía bastante mal parado, y además los resultados no acompañaban. Afortunadamente la directiva celeste, a diferencia de otras, siempre se caracteriza por su confianza y paciencia en los entrenadores. Y eso acaba dando frutos. A Unzué se le dejó trabajar y poco a poco el equipo se va pareciendo a lo que él quiere y va ofreciendo su mejor versión.
Al igual que sucedió con Luis Enrique, los inicios no fueron sencillos. El técnico asturiano tuvo al equipo durante toda la primera vuelta en puestos muy cercanos al descenso, o incluso entre los tres últimos, y acabó dejándolo entre los 10 primeros. Era el inicio del gran Celta que hemos vividos en las últimas temporadas. Y el equipo de Unzué se parece bastante.
Ha mejorado en muchos aspectos, y ha demostrado que no es ningún inexperto. Estudia bien a los rivales y sabe cómo hacerles daño, y ha demostrado bastante cintura en algunos partidos para realizar los cambios adecuados, con independencia de que no siempre se vea reflejado en el marcador. La paciencia es una gran virtud para conseguir resultados a largo plazo. De momento Unzué no ha conseguido nada, mantiene al equipo en una zona más o menos normal de la tabla, pero es evidente que su juego va a más y que hay motivos suficientes para ser optimistas. Se ha ganado el respeto. Que no es poco.
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