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| Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
La renovación de Daniel Wass es uno de los quebraderos en Casa Celta, o al menos entre el celtismo. El internacional danés ha demostrado desde su llegada a Vigo que es uno de los jugadores más fiables, uno de esos futbolistas a los que más se echa de menos cuando no tiene su tarde. Así pues, su renovación se considera urgente.
Pero no está siendo fácil. Entre ambas partes parece haber una distancia difícil de recorrer para llegar a un punto intermedio que pueda satisfacer tanto al futbolista como el club. Daniel Wass quiere un salario proporcional a su importancia en el equipo, pero en Praza de España consideran que eso supondría reformular por completo la escala salarial, algo que solo tocan en casos excepcionales.
La contención salarial es una de las claves de la mejoría económica del club. Fichar futbolistas baratos que aumenten su valor jugando es la utopía con la que sueñan todos los clubes, pero esto no es el PC fútbol. Un club real debe manejar también los egos en el vestuario, el orgullo de los futbolistas que quieren cobrar en función de su rendimiento y que miran con lupa las mejoras de contrato que experimentan sus compañeros.
Muchas veces criticamos determinadas gestiones del club, pero sería interesante conocer en profundidad los pormenores de todas las decisiones. Obviamente esto no exime los posibles errores que se lleguen a cometer en un momento determinado, pero es evidente que nada es tan fácil como parece desde fuera. Se necesita un equilibrio que no siempre se da, y casi siempre existe la necesidad de que una de las partes ceda. Si no es así todo se complica.
En el caso de Daniel Wass mucha gente quiere que renueve. Yo considero que es un futbolista muy importante, que aporta muchas cosas positivas y ofrece una versatilidad que en el mundo del fútbol hay que pagar. Supongo que en Praza de España no serán tontos y verán lo que vemos los demás, así que intentarán que siga pero sin descompensar demasiado la escala salarial. Si estas dos cosas coinciden, Wass seguirá en Vigo. Si no es así, lo más probable es que se vaya, y la mejor manera de hacerlo es mediante un traspaso. Teniendo en cuenta que acaba contrato el 30 de junio de 2019 es evidente que el próximo verano el Celta escuchará ofertas por él.
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