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| Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
Brais Méndez se ha convertido en uno de los canteranos predilectos de la afición céltica. Su presentación en sociedad ante el gran público tuvo lugar en el verano de 2016, en un amistoso en Barreiro ante el Lugo en el que marcó su primer gol con la camiseta del Celta. Después se hizo con la titularidad en el filial, al que casi lleva a Segunda División junto con los goles de Borja Iglesias, y este año parece lanzado hacia el primer equipo.
El pasado jueves volvió a marcar, demostrando que además de hacer jugar al equipo tiene una buena finalización. Muy buenas condiciones, como ya demostró ante el Getafe, en el partido de Liga en el que tuvo oportunidad de ser titular, merodeando incluso el gol y siendo de los más destacados mientras estuvo sobre el terreno de juego.
Obviamente es muy joven, y tiene que seguir quemando etapas a caballo entre el filial y el primer equipo. Es un proceso normal, a veces demasiado lento, pero indispensable para el crecimiento de cualquier futbolista. De momento Unzué lo está llevando bastante bien, teniéndolo siempre cerca, implicándolo en el proyecto y tratando de sacar lo mejor para el presente y su futuro. Ojalá pronto lo veamos con mayor jerarquía en el primer equipo. Parece simple cuestión de tiempo que el talento se imponga.
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