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| Foto: Diario AS |
Girona fue durante muchos años una de esas ciudades relativamente importantes, cuenta con 100.000 habitantes, que apenas había tenido relevancia el fútbol español. La representación deportiva a nivel nacional la ostentó durante décadas el Club Básquet Sant Josep, conocido por motivos publicitarios como Valvi Girona y posteriormente como Akasvayu Girona. Un club que representó a su ciudad en Competiciones europeas, y llegó a alzarse con el FIBA EuroChallenge en el año 2007.
Pero el equipo de fútbol navegó durante muchos en categorías inferiores. Desde los años 50, en los que logró estar varios años en Segunda División, había convivido con la Tercera División, la Segunda B o incluso en categoría regional. Pero en 2008 logró regresar a la categoría de plata, casi medio siglo después.
Y su primer partido fue en Balaídos, con Raúl Agné en el banquillo. Era el primer partido de una Liga que casi tiene un final trágico para el Celta. Aquel equipo, que acababa de entrar en un delicado proceso concursal, estaba entrenado por Pepe Murcia, y jugó aquel día con Notario, Edu Moya, Noguerol, Rubén, Fabiano Lima, Rosada, Trashorras, Abalo, Óscar Díaz, Guilas y David Rodríguez. Un equipo casi nuevo que era toda una incógnita.
Para el Girona era un partido muy importante, histórico después de medio siglo fuera de la élite, y lo celebraron a lo grande, con una victoria cimentada en el minuto 63 con un gol de Jaume Durán tras un fallo de Óscar Díaz. Fue un feliz regreso, y 9 años después lograrían el histórico ascenso a Primera División.
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