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| Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
Decía Juan Carlos Unzué en la previa del partido ante el Girona que Emre Mor necesitaba tiempo, y pedía a la afición paciencia con él. Lo cierto es que a la vista de su rendimiento, es evidente que necesita tiempo y también mucha paciencia. La adaptación de un futbolista nunca es sencilla, y mucho más cuando se llega con la temporada iniciada y lejos de su mejor momento de forma.
En el caso del danés se une a su necesario proceso de adaptación el hecho de que unas molestias físicas en el mes de agosto le mantienen lejos de su mejor momento de forma. Desde luego en el partido de ayer evidenció que sigue sin ser un futbolista que pueda aportar demasiadas cosas al equipo a día de hoy, pero su calidad queda patente cada vez que toca el balón, pero su rendimiento llegará más tarde de lo que muchos esperábamos.
Parecía lógico pensar que no sería titular desde el principio, pero por su calidad quien más y quien menos esperaba que a día de hoy ya fuese titular, y sin embargo no es es así, está lejos de serlo. Hemos visto como otros jugadores han tardado en ofrecer lo mejor de sí, máxime cuando se trata de futbolistas muy jóvenes como es el caso del internacional turco.
Así que tendremos que armarnos de paciencia para encontrar la mejor versión de Emre Mor, y también para que este justifique la inversión realizada con el Celta. Su rendimiento contrasta con el de sus compañeros recién llegados, que se han adaptado a la perfección y ya entran en los planes de Unzué, prácticamente desde que empezó la temporada. Ojalá pronto podamos ver al mejor Emre y haga buenos los 13 millones de euros que pagó el Celta, pero de momento, insistimos, habrá que seguir tirando de paciencia. Llegará.
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