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| Foto: LFP |
¡Quién lo diría hace apenas 2 años!. En la tercera jornada de la Liga 2015-16, Tucu Hernández fue abucheado por el público en diversos momentos del partido. Entonces era un jugador que no gustaba al grueso de la afición. Es evidente que no todo el público le silbó, pero era un futbolista prescindible para una mayoría importante de la afición, que no entendía que demonios hacía en el Celta.
Le pasó factura ser el “recomendado” de Berizzo, y es cierto que su primera temporada no fue del todo buena. Le costó adaptarse al fútbol español, más rápido y dinámico que el sudamericano en el que había desarrollado toda su carrera, pero con el tiempo ha aprendido a jugar en España, y se ha convertido en uno de los mejores centrocampistas, no solo del Celta, sino de la Liga.
Protege el balón como pocos, y se mueve tan bien que es una bendición para sus compañeros, que siempre saben que pueden encontrar en el Tucu una salida cuando se meten en un lío. Además ayer recuperó muchísimos balones en su nueva faceta de “5”, posición en la que también jugó algún partido con su selección, especialmente cuando Marcelo Díaz era ausencia por lesión u otros motivos.
Pocas buenas noticias nos dejó el partido de ayer, pero una de ellas fue ver una versión muy mejorada del Tucu. Y es cierto que aún hay un sector de la afición que tiene cierto recelo con el internacional chileno, pero la inmensa mayoría le adora, algo que quedó en evidencia cuando se lesionó. Los murmullos inundaron Balaídos, seguramente por el miedo a una dolencia importante, pero duraron poco porque se empezó a corear su nombre. Y cuando regresó al campo recibió una merecida ovación. Es ya un futbolista que se recordará durante mucho tiempo, por su entrega y su calidad, dos virtudes que combinados son inigualables.
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