El celtismo hace historia en Manchester


Foto: Miguel Riopa/Getty Images
Más allá de las victorias o las derrotas está todo aquello que las rodea. El Celta no pudo con el Manchester. Era una empresa muy complicada, seguramente el reto más importante en la historia del Celta, pero algo tiene este equipo que ha conseguido ilusionar a la afición seguramente como ninguno de los proyectos anteriores del club. Como nunca. 

Más de 2.500 aficionados se desplazaron a Manchester, y cuentan los que allí estuvieron que jamás olvidarán todo lo sucedido, no solo en el terreno de juego, que comparten con todos los celtistas que lo vimos por la televisión, sino en las calles de Manchester. Las arengas populistas del alcalde, las fotografías con policías de la ciudad, los abrazos, los brindis y la empatía con el que está al lado, con el que se ha recorrido media Europa, con el que ha gastado más de 400 euros, para estar dos horas en el teatro de los sueños. 

Por eso, cuando acabó el partido, el speaker se desesperaba instando a los celestes a abandonar la grada. No había manera. Tuvieron que salir los jugadores de nuevo al césped, condición sine qua non que había puesto la afición para plantearse abandonar el estadio, como si el sueño se acabase en le momento de cruzar la puerta de salida del estadio. Hoy todo vuelve a la normalidad. Los celtistas están en Vigo o en su lugar de origen, y tratan de asimilar lo que pasó, tratan de adaptarse a un realidad que es dura, pero a la vez para sentirse orgullosos. Habéis hecho historia en Manchester, y eso no puede decirlo todo el mundo. 

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