Un señor del fútbol


Foto: RC Celta
Cuando se conoció el fichaje de Giuseppe Rossi por el Celta la ilusión fue inevitable. El delantero italo-americano deleitó a los aficionados al fútbol durante sus años en el Villarreal. Era un delantero con una clase tremenda, y una contundencia en su juego que le convertían en un futbolista verdaderamente peligroso ante el que nadie se quería enfrentar. 

Las lesiones lastraron su físico y le impidieron convertirse en un crack mundial cuando atravesaba el mejor momento de su carrera, pero el año pasado regresó a España para jugar brevemente en el Levante y rindió a un gran nivel. Por eso existía la esperanza de que en Vigo recuperase o se acercase mucho a su mejor momento de forma. Para el futbolista era una oportunidad increíble, al llegar a un equipo que competía en Europa, y en una Liga que siempre se le ha dado bien. 

Comenzó bastante bien, marcando un gol en Lieja y otro en Cornellá ante el Espanyol, pero aquello fue un espejismo. Rossi no contaba porque delante de él tenía a Iago Aspas y a Guidetti, y porque cuando tuvo oportunidades no acabó de rendir. Si bien es cierto, y esto no es un tema menor, que siempre jugaba en equipos plagados de suplentes, en un equipo inferior al equipo titular. 

Algo que han destacado todos los que siguen de cerca el club o están dentro de él es el factor humano de “Peppito”. El ariete, a pesar de ser uno de los jugadores con más trayectoria a sus espaldas, ha demostrado en Vigo una gran humildad, sin levantar la voz ni una sola vez pese a contar muy poco para Berizzo. El propio preparador argentino agradeció en público estas cualidades. Y en su penúltimo partido en Balaídos, como si el destino supiese lo que iba a pasar, anotó tres goles ante la Unión Deportiva Las Palmas. Su único hat-trick con el Celta, y quien sabe si el último como futbolista que siempre ha sido un señor. 

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