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| Foto: Atlántico Diario |
El pasado domingo el Celta salió con una extraña formación, alejado del 4-3-3 que ha hecho característico a este equipo. El equipo celeste salió con Guidetti y Bongonda en punta, una especie de 4-4-2 que resultó ser un verdadero desastre ya que el Betis fue claramente superior, especialmente en los primeros 45 minutos, donde solo su falta de eficacia ante la portería de Sergio evitaron que el partido quedase cerrado antes del descanso.
Al término del encuentro el propio Berizzo reconoció la ineficacia del nuevo sistema y entonó el mea culpa. El preparador argentino ha aprendido la lección y aseguró ayer que no se volverá a repetir: “Más que un 4-4-2 jugamos con dos atacantes ese día, porque entre el cansancio y las rotaciones uno va llenando casilleros, no va elegiendo. La formación rival nos lo permitía, pero nos sentimos mucho más cómodos, yo, los futbolistas y el equipo en sí con un 4-3-3”, confirmó.
Desde su llegada a Vigo nunca ha variado su esquema, aunque tiene matices que van más allá de la ubicación de sus jugadores. El esquema del Celta se puede interpretar como un clásico 4-3-3 de la escuela holandesa, pero también hay quien considera que es un 4-2-3-1, especialmente cuando uno de los centrocampistas actúa en una posición más adelantada, casi como mediapunta, y los dos centrocampistas defensivos juegan más retrasados. En todo caso, más allá de esos matices posicionales, el esquema siempre ha sido el de jugar con cuatro defensas, tres centrocampistas y tres delanteros, y cualquiera de las pruebas que ha realizado Berizzo, incluso con formaciones con cinco defensas, jamás dieron buen resultado.
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