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| Foto: José Lores/Faro de Vigo |
Andrew Hjulsager fue el fichaje de última hora del Celta en el pasado mercado de fichajes. Su llegada no pretendía un rendimiento inmediato sino una interesante opción de futuro. Un fichaje que recordó, en cierto modo, al de Théo Bongonda, que arribó en Vigo allá por el mes de enero de 2015.
Entonces decían del belga que era un proyecto de futuro, y ahora dicen lo mismo del danés. El propio Felipe lo comentaba en la rueda de prensa del pasado miércoles, asegurando que no lo veían como un futbolista para rendir ahora, sino como una inversión, un jugador que debe crecer e ir ganando confianza para acceder a los minutos suficientes que le puedan convertir en un jugador importante.
Hace dos años Bongonda apenas contaba con minutos, aunque es cierto que había menos competiciones y era muy difícil entrar en el equipo, especialmente por la presencia de Nolito. Ahora Hjulsager lo tiene tan difícil o más, ya que en la banda derecha está Aspas, Wass y Beauvue, una incógnita para el club en el mes de enero, que se ha confirmado como un valor seguro en los partidos que ha jugado desde su lesión.
Así pues, Hjulsager deberá tener algo más que paciencia, ya que esto solo no le dará la titular. Tendrá que trabajar duro, ganarse minutos en los entrenamientos y corroborarlo en los partidos. La competencia en el Celta es muy dura, especialmente en los puestos de arriba, pero el futbolista ha demostrado en lo poco que ha jugado que tiene potencial.
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