No hubo "día del Alavés 2.0"


Foto: Jorge Landín/Atlántico Diario
En junio de 2009, Iago Aspas hizo su aparición oficial ante la afición del Celta. Y no lo hizo de cualquier manera, sino enviando al Alavés a Segunda B, y de paso salvando al equipo vigués gracias a sus dos goles en el debut como jugador del primer equipo en Balaídos. Aquello daba una idea del  gran jugador que vendría por delante, aunque pocos pudieron adivinar que alcanzaría el nivel que tiene actualmente el moañés. 

El Alavés, por tanto, quedará siempre ligado a la biografía de Iago Aspas. Serían incontables las veces que le han preguntado o han hecho referencia al “día del Alavés”, contra el que el destino quiso que no se volviese a enfrentar hasta casi 8 años después. Primero lo hizo en Liga, un partido en el que el Celta logró vencer, pero con gol de Radoja, y se esperaba de Iago Aspas que en la eliminatoria de Copa se reencarnase en aquel chico del filial para superar al equipo vitoriano. 

Y lo cierto es que su juego no fue malo, pero la faltó la guinda de un gol. Lo buscó con ahínco en el partido de ida, donde se le contabilizaron hasta seis ocasiones claras de gol, con palos, paradones de Pacheco, y remates inverosímiles de chilena. Fue una de esas noches en las que da la sensación de que hagas lo que hagas no vas a ser capaz de celebrar un gol. 

El  pasado miércoles volvía Iago Aspas a medirse al Alavés, y volvió a ser la principal pesadilla para el equipo albiazul. Pacheco volvió a intervenir de forma decisiva, sacando un balón que buscaba la portería y que hubiese puesto la eliminatoria patas arriba. Unos minutos más tarde volvió a intentarlo con una vaselina que no encontró portería y que, en caso de hacerlo, hubiese encontrado de nuevo la manopla de Pacheco. No estaba para él la eliminatoria. No volvió a haber “día del Alavés”. 

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