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| Foto: Jorge Landín/Atlántico Diario |
La afición del Celta hace horas extras en este arranque de año. Si hace poco acompañaba al equipo en buen número en el partido de Leganés, hace unos días en el Santiago Bernabéu y el pasado jueves en Mendizorroza, hoy el equipo celeste volverá a contar con una nutrida representación en el Vicente Calderón, como suele suceder cada vez que los celestes juegan en la capital madrileña.
Para los celtistas viajeros, este mes ha sido muy exigente. En todos los aspectos, tanto en el físico, como en el económico, porque los viajes desgastan en muchos sentidos, aunque son muy adictivos, y en esa balanza lo segundo pesa mucho. Eso sí, el celtismo también rota, y no siempre son los mismos, aunque algunos repitan, señal de que esta afición está muy viva, y se ha ido engrandeciendo en los últimos años, siendo cada vez más viajera.
Para el equipo es algo alucinante saber que nunca estará solo, con independencia de lo lejos que esté de Vigo. Hasta en el Estadio de Gran Canaria estuvo bien representado, pero el partido del Calderón, como también suele serlo el del Bernabéu, o los partidos ante el Rayo y el Getafe, cuando coinciden en la misma categoría, son muy especiales, por la nutrida representación que tiene el celtismo en Madrid.
Allí viven un buen número de aficionados celestes, que fundaron la peña Morriña Celeste, una de las más activas y populosas de cuantas componen el aspectro peñista en el Real Club Celta. Ellos serán, fundamentalmente, los que representen a la afición esta noche en el Calderón, pero se les sumarán otros muchos llegados desde Vigo o de puntos cercanos a la capital. En definitva, serán muchos, y muy ruidoso. Ojalá se les oiga por la tele.
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