Es complicado tras el empate sin goles del partido de ida, pero podría darse la circunstancia de que la eliminatoria termine decidiéndose en una dramática tanda de penaltis, de infausto recuerdo para el Celta, que hace unos años cayó apeado de la lucha por el ascenso de esta guisa contra el Granada.
Aquella eliminatoria se recordará por muchas cosas, que han convertido al Granada en uno de los equipos más odiados por el celtismo. El tiempo lo cura todo, y el paso de los años seguramente cicatrice aquellas heridas. Desde luego, el Celta como club lo ha superado totalmente. Ascendió al año siguiente, y ha aprovechado mucho mejor sus años en Primera que el Granada, rey de las salvaciones milagrosas y en algunos casos inexplicables en las últimas jornadas.
Pero aquel día nos lo hicieron pasar mal. El Celta lo tuvo todo en su mano hasta el último penalti. Trashorras, Álex López, Iago Aspas y De Lucas marcaron el suyo, y el quinto era para Michu, un futbolista de clase, de los que no suelen fallar en este tipo de suertes… pero el asturiano no acertó. Ya sin ventaja, Roberto, el portero del Granada, marcó el sexto, y Catalá falló en el pierde/paga. El Celta se quedaba un año más en Segunda, eliminado de una forma dramática, ante un anfitrión que le había tratado de la peor manera posible.
Eduardo Berizzo indicó ayer que habían ensayado penaltis. Es lo lógico antes de un partido de vuelta en el que se puede dar esta circunstancia. Si así fuese, nada tiene que ver este equipo con aquel, mucho más inexperto en estas lides. Eso sí, no dejaría de ser jugarse la final en la lotería, y ahí el Celta estaría perdiendo gran parte de su ventaja.
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