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| Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
Una de las grandes noticias del partido de ayer fue la recuperación goleadora de Iago Aspas. El moañés no marcaba en Liga desde el 8 de enero, en el partido ante el Málaga, cuando recibió el Trofeo Manuel de Castro. En partido oficial marcó posteriormente ante el Real Madrid, en la ida de la eliminatoria de Copa. Desde entonces, no había podido mojar.
Y eso que las tuvo de todos los colores ante el Alavés. Entre el partido de ida y el de vuelta, Aspas gozó de hasta ocho ocasiones muy claras para desnivelar la balanza y llevar al Celta a la final de la Copa. Pero entre la mala fortuna, el desacierto o el meta rival, ninguna de estas acciones acabó subiendo al marcador.
Ayer, su presencia en el campo fue tan notoria, que hubo un Celta antes y otro después de su ingreso al terreno de juego. Berizzo decidió darle un más que merecido descanso, pensando en el partido de vuelta, y la jugada le salió redonda ya que además de descansar, tuvo tiempo también para salir al terreno de juego y darle a su equipo la victoria.
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