¡Qué aburrido es ser del Ajax!


Imaginemos por un momento el día de un aficionado del Ajax de Amsterdam. Se levantará temprano para ir a trabajar, aún con la resaca de la festividad de San Nicolás del lunes. Seguramente no sabe lo que se pierde al no poder vivir una semana con festivos y días laborables alternos, y la posibilidad de hacer un puente de esos que hacen historia. 

Su equipo juega un partido intrascendente por la noche, y su entrenador ya ha dicho que rotará, así que las expectativas no son muy grandes. Ya están clasificados. Cierto es que es una tranquilidad saber que estarán en la siguiente ronda, pero hoy no es muy divertido. A poco que las cosas vayan mal, incluso apagará la tele. De viajar a Lieja ni hablamos, que mañana toca trabajar otra vez, y su equipo juega en Europa todos los años. Incluso esta competición le parece secundaria para un equipo que ha ganado 4 veces la Champions. 

Nada que ver con ese aficionado del Celta que se levanta sin prisa, es posible que  saliese de noche a tomarse una copa con los amigos, e incluso, si no se cruzó Alejo en su camino, hasta  triunfó. Sale a dar un paseo, comprar el periódico, tal vez tomarse un vermouth aprovechando el festivo -de ir a misa ni hablamos- y que tiene por delante una siesta antes de ponerse delante de la tele y ver a su equipo jugarse el pase a la siguiente ronda de una competición en la que hace diez años que no se ve. 

Cuando a las nueve de la noche arranque el partido, tendrá que estar pendiente del partido del Celta, y de lo que haga el Ajax en Lieja. Un ojo en un partido y el oído en el otro. Alternancias en el marcador, ocasiones de gol, fallos de unos y otros combinados con aciertos. El árbitro que no se entera -¡Parece Munuera Montero!-. ¡Gooool!, ¡Guidetti de mi vida!.  Mientras, el aficionado del Ajax, que tiene que levantarse mañana a esas horas intempestivas a las que se levantan los europeos, mira el reloj con recelo, echando cuentas del tiempo que pasará entre la hora del final del partido y la que marca su despertador. Eso si no se ha dormido ya. 

El aficionado del Celta, que ya ha decidido que cenará cuando acabe el partido -sin prisa- se muerde las uñas, celebra los goles de Guidetti, el de Pablo Hernández, -como está Roncaglia-, y disfruta con el 0-0 de Lieja. Ese partido que ha dormido a Van Veeldvoorde, pero que tan feliz lo ha hecho a él. Y se va a dormir -cena, ¿Qué cena?, Voy a ver lo que ponen en moiceleste y me acuesto- pensando en las noches europeas que le quedan por disfrutar. ¡Qué aburrido es ser del Ajax! 

0 comentarios:

Publicar un comentario