El sueño de Mouriño


Foto: Marta Grande
Después de varias temporadas afirmando que el objetivo del Celta B es ascender de categoría, Carlos Mouriño ve su sueño cumplido, al menos sobre el papel, ya que el equipo seguramente lo tendrá complicado para lograr el ascenso, pero al menos se está manteniendo en la zona alta de la tabla, ocupando plaza de promoción de ascenso  y evitando los problemas que tuvo en temporadas pretéritas, donde la permanencia, vía deportiva o administrativa, era todo un éxito. 

Este año es completamente diferente. Alejandro Menéndez ha dado con la tecla. Ya acabó la pasada temporada a un nivel extraordinario, logrando que un equipo casi desahuciado lograse la salvación varias jornadas antes del final de la temporada. Este año lo logrará incluso antes, si nada se tuerce, para un equipo que en las catorce primeras jornadas ha podido sumar 27 puntos. 

Tener un equipo filial en Segunda División parece algo tan estéril como lícito. Es lógico querer que el filial esté más arriba, y haría que el salto del filial al primer equipo fuese más pequeño, pero ampliaría considerablemente la dificultad del pase del juvenil al Celta B. Eso por no hablar de la enorme dificultad que conlleva mantenerse en Segunda División, donde estamos viendo que equipos con canteras potentes como Madrid, Barcelona o Athletic, son incapaces de coonsolidar  sus equipos B en Segunda División. 

Claro que otra cosa es que él aún siga siendo presidente en tal supuesto. 

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