Mismo estilo, distinta velocidad


Foto: Jorge Landín/Atlántico Diario
El Celta arrancó la temporada con un mal resultado en un mal partido. Durante estos han sido muchos los análisis que han intentado buscar la diferencia, más allá de la ausencia de Nolito, entre la temporada pasada y la actual. Lo primero que podemos comprobar es que el equipo no le ha dado la espalda al estilo. Al Celta le gusta jugar y tocar mucho balón, y de hecho ha sido el segundo equipo que más pases ha dado en la primera jornada de Liga (591), solo superado por el Barcelona. 

Los siguientes equipos en esta lista son Sevilla, Madrid y Granada, otros equipos que, como el Celta, apuestan por un juego más o menos combinativo, y con posesiones medianamente largas. Además, la comparación con su rival, el Leganés, que solo dio 328, habla muy a las claras de la superioridad del Celta en cuanto a la posesión. 

Ahora bien, de poco sirve dar muchos pases si el mayor pasador del equipo es Facundo Roncaglia. Al Celta le faltaron ideas, por eso el balón estuvo mucho tiempo en campo propio, porque los otros dos jugadores que siguen al argentino en la lista de pasadores son Sergi Gómez y un Marcelo Díaz muy retrasado para sacar el balón. Tal vez el factor que faltó ante el Leganés fue la velocidad. El Celta tocó, sobó el balón, tenía una innegable superioridad en el centro del campo, pero no era capaz de sorprender al rival porque el balón jamás alcanzó la velocidad suficiente. 

Muchos han incidido durante estos días en la planificación física de la temporada, muy distinta a las anteriores al tener tres competiciones. Pablo Fernández, el “profe” del Celta declaró al comienzo de la pretemporada que la planificación sería la misma, pero el tono físico del equipo en las dos temporadas anteriores no tiene nada que ver con el de este año. En años anteriores, los jugadores del Celta iban como motos en las primeras jornadas y sufrían en los meses centrales del campeonato. 

Y es que el Celta de las dos últimas temporadas basaba gran parte de su juego en el físico… y en Nolito. Al andaluz es imposible recuperarlo, pero el tono físico llegará, y con él la velocidad, y con la velocidad el desequilibrio y el desborde. Solo faltará estar acertados en ataque.

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