El estreno goleador del Tucu en Balaídos


Foto: Miguel Riopa / Getty Images
Pablo Hernández celebró ayer de forma especial el gol marcado ante el Betis. El internacional chileno incluso vio una amarilla por quitarse la camiseta tras batir a Adán. No es que tenga justificación, pero el motivo de esa celebración tan efusiva era su estreno como goleador en Balaídos. 

No se ha cracterizado el de Tucumán sea un consagrado especialista goleador, pero resultaba cuanto menos rara esa estadística mediante la cual había marcado 3 goles en el Vicente Calderón y ninguno en Balaídos. El Tucu marcó el pasado año en Liga ante el Altético, un golazo de espuela, y repitió este año en Copa con dos goles de cabeza. 

Además también había marcado en Mestalla, el pasado curso en la Liga, y este año en Anoeta, un golazo desde 30 metros que dio la victoria a los célticos. Cinco goles lejos de Vigo, y ninguno en su estadio. Ayer, rompió por fin esa maldición que le perseguía y pudo celebrar junto a su afición, ahora totalmente reconciliada con su juego, el gol que suponía el empate ante un Betis, que no estaba mereciendo ir por delante en el marcador. 

Al margen del gol, Pablo Hernández dio al Celta la pausa necesaria para buscar los espacios en el entramado defensivo que había montado Juan Merino. Era complicado encontrar alguna rendija, pero él supo encontrarla gracias a un buen pase de Jonny. Las opciones del Celta de ganar crecieron con el empate, ya que el Celta tuvo contra las cuerdas al Betis tras el gol. Finalmente no pudo ser y los vigueses se conformaron con un empate que supo a poco. 

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