El 9 de marzo de 2000 es un día que pasará a la historia del Real Club Celta y que será recordado durante décadas. Aquel día visitaba Balaídos La Vechía Signora, el equipo más mítico de Italia: La Juventus de Turín. Se trataba de la eliminatoria de octavos de final de la Copa de la UEFA, en la que el Celta debía remontar el 1-0 de la ida, en el partido disputado en Delle Alpi.
La Juventus se presentó aquel día en Balaídos con un equipo formado por Van de Sar, Ferrara, Montero, Mirkovic, Conte, Birindelli, Tacchinardi, Zambrotta, Davids, Del Piero y Kovacevic, y en la segunda mitad también jugaron Tudo, Iuliano, y Zidane. Mucha calidad para un equipo que por entonces entrenaba Carlo Ancelotti.
Pero aquel Celta también metía miedo. Basta simplemente con echar un vistazo a la alineación de aquella noche: Pinto, Sergio, Cáceres, Juanfran, Celades, Giovanella, Makelele, Karpin, Gustavo López, Mostovoi y Benni McCarthy. En la segunda mitad entraron al campo Revivo, Tomás y Mazinho.
El partido se decantó muy pronto para el Celta, ya que en el primer minuto de partido anotó Makelele el gol que igualaba la eliminatoria. A la media hora, Birindelli en propia meta ponía el segundo, y nada más comenzar la segunda mitad, otro golpe psicológico del Celta en forma de gol de McCarthy. 3-0 y toda la segunda mitad por delante, para un equipo que ya había goleado por siete goles a cero al Benfica esa misma temporada.
Lo que faltaba de partido sirvió para que la afición celeste disfrutase del espectáculo, mientras los de Víctor Fernández bailaban a los de Ancelotti. McCarthy pondría el cuarto a 20 minutos del final, y aunque el Celta lo intentó no pudo completar la manita, pero la humilación histórica a uno de los más grandes del fútbol mundial no se olvidará fácilmente en Balaídos.
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