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| Foto: LFP |
No está teniendo suerte el Celta con los arbitrajes. Si el pasado jueves Pablo Hernández era objeto de un claro penalti en el Ramón Sánchez Pizjuán, que Clos Gómez, increíblemente no vio a pesar de estar situado en una posición inmejorable, esta tarde el equipo ha visto como le escamoteaban otra pena máxima ante el estupor de la afición.
Thèo Bongonda, que unos minutos había visto una tarjeta amarilla por fingir penalti, acción señalada correctamente por Velasco Carballo, sí fue objeto de falta en área sevillista a pocos instantes del descanso. El defensor se desentendió completamente del balón y su única intención fue la de evitar que Bongonda siguiese avanzando, cometiendo penalti. Velasco Carballo decidió que el partido debía seguir.
Son dos errores en dos partidos ante el mismo rival. Parece extraño ver que algo así suceda en el sentido contrario. Una pena que el Celta no tenga fortuna con los colegiados.
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