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Foto: Celta |
Marcelo Díaz alberga una curiosa historia en su regreso al Hamburgo tras disputar la Copa América con la selección chilena y salvar a su equipo del descenso a la Bundesliga 2 por vez primera en su historia. Todo arrancó en un partido ante el Karlsruhe, correspondiente a la promoción por la salvación o el ascenso -en Alemania se juegan promociones que enfrentan a equipos de Primera y Segunda, como se hacía hace unos años en España.
El caso es que el Hamburgo estaba en una situación desesperada hasta que Marcelo Díaz anotó una falta por la escuadra en tiempo de descuento. Se convirtió en el salvador el equipo hanseático, y como recordó ayer durante la presentación Miguel Torrecilla, en Hamburgo se baraja la posibilidad de realizar un homenaje al futbolista que evitó el descenso de su equipo a la segunda categoría del fútbol español.
El chileno se marchó a su país para disputar la Copa América, resultando ganador y formando parte del once ideal. En su regreso no quedaba rastro de aquel jugador. El propio Marcelo reconocía a DW que no había llegado en las “mejores condiciones”, así que decidió ponerse manos a la obra para recuperar su mejor estado de forma.
Y lo hizo abrazándose al boxeo. Por las mañanas se entrenaba junto al resto de sus compañeros y por las noches practicaba este deporte con la esperanza de apurar los plazos. Lo hizo para bajar de peso y recuperar su mejor forma, logrando ponerse a tono y volver al once inicial del Hamburgo. Los que lo conocen hablan de una increíble ética de trabajo. No solo usa el boxeo, sino que incluso se entrena por su cuenta cuando el equipo tiene día libre. Por eso confían tanto en Vigo en que la recuperación de su lesión sea muy rápida.
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