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| Foto: Atlántico |
El césped de Balaídos está ante la prueba definitiva al disputar el Celta de forma consecutiva cuatro encuentros en apenas diez días. Una maratón muy poco habitual en el mundo del fútbol, que ha llegado propiciado por la enorme casualidad de disputar cuatro partidos en casa de forma consecutiva.
El maratón empezó y terminará con el mismo rival enfrente: El Atlético de Madrid. El pasado domingo, día 10 de enero, los colchoneros visitaron Balaídos en el debut liguero de Augusto Fernández. El pasado miércoles fue el Cádiz quien hizo lo propio en la vuelta de los octavos de final de Copa. Esta tarde será el Levante quien abra la segunda vuelta en Balaídos, y el miércoles 20, diez días después del partido de Liga, jugarán la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey.
Una dura prueba para un césped que sufre en circunstancias normales, y que habrá que ver como está de cara al choque de Copa. Berizzo ha lamentado en muchas ocasiones el estado del campo céltico, que perjudica claramente los intereses de un equipo que apuesta por el toque y la combinación. Entre el Concello y el Celta no acaban de llegar a un acuerdo para realizar el cambio necesario, que se retrasará más aún por mor de las obras de remodelación.
Mientras tanto, tendrá que aguantar cuatro partidos en díaz días, en condiciones climatológicas muy adversas. Tras la inundación de la pasada semana, se prevén fuertes lluvias a partir del domingo. Tendremos que habituarnos a la imagen que se ve en la foto, césped pesado y levantado.
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