El Celta visita esta tarde (20:30, Canal + Liga) la cancha del Cádiz, un equipo cuya categoría no se corresponde con la que ocupa realmente. Ya lo advertía ayer Berizzo en rueda de prensa. El conjunto amarillo puede ser un rival más peligroso de lo que se puede presuponer, y cuenta además a su favor con la ilusión del que se enfrenta a un equipo de Primera ante el que no tiene nada que perder, y mucho que ganar.
Durante las últimas temporadas ha demostrado tener un nivel importante para la categoría de Segunda B, jugando siempre la promoción de ascenso, pero para su desgracia ha visto ascender en su propio estadio a más equipos de los que hubiera deseado. El año pasado vio al Real Oviedo y al Bilbao Athletic, y un par de años antes al Lugo.
Pero es un equipo peligroso ante el que el Celta no debe relajarse. Cierto es que la diferencia de categoría entre ambos equipos es evidente, pero si en un deporte puede darse la sorpresa ese es el fútbol. Berizzo ha dicho que presentará un equipo fuerte, aunque jugarán futbolistas poco habituales: Drazic, Guidetti, Madinda, Radoja o el propio Señé formarán parte de un equipo en el que Rubén Blanco será el portero titular.
La intención del Celta, como ha dicho Berizzo y también se han referido los jugadores esta semana, es la de dejar sentenciada, en la medida de lo posible, la eliminatoria en la ida para tener un partido de vuelta lo más tranquilo posible, como sucedió en la anterior ronda frente al Almería. Sería bueno, pero también lo será que los que salgan esta noche al Carranza entiendan que la eliminatoria dura 180 minutos, y no es necesario dejarla resuelta antes del descanso.
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