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| Foto: Ricardo Grobas |
Es uno de los futbolistas más queridos por la afición. Su talento y su capacidad gustan a un gran sector del celtismo, que no acaba de entender las pocas oportunidades que se le han proporcionado durante las cuatro temporadas en las que ha estado en el primer equipo, bien sea compatibilizándolo con el filial o siendo miembro de pleno derecho del equipo.
Su situación se ha acentuado con la llegada de Berizzo. Marginado el pasado año, todo parecía indicar que saldría cedido este verano. Sin embargo, una charla con el técnico argentino evitó su salida. Berizzo le convenció para seguir prometiéndole que le daría una oportunidad si se la ganaba.
No es que estas hayan sido excesivas. Se han restringido a la competición copera, donde el gabonés ha perdido una oportunidad de convencer a su técnico. Madinda siempre ha actuado como interior o mediapunta, pero el preparador celeste tiene otros planes para él, que pasan por probarle en banda. No es que su juego haya sido un desastre, pero es cierto que le ha faltado algo para acabar de convencer. A Berizzo y a la afición.
Para esta tarde quedaba una vacante en la delantera, y podría tener una oportunidad. Berizzo no le ha descartado, pero ha reconocido que Señé ha dado un paso adelante. De Madinda no ha dicho eso. Todo lo contrario más bien. Tal vez haya perdido una oportunidad de aparecer en el once. Es evidente que Berizzo no regala los minutos, ni tampoco rota por repartir presencias. Simplemente pone a los que considera mejores sin pensar en el siguiente partido. Esta podía ser una buena oportunidad para el canterano. O una más que puede perder.
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