Un año de un triunfo histórico


Foto: EFE
Ayer se cumplió un año de una victoria histórica, la primera de muchas que han ido situando al Celta en el mapa futbolístico europeo. Aquel 1 de noviembre, todos los santos se vistieron de celeste en el Camp Nou, especialmente Sergio Álvarez, que jugó el mejor partido de su vida, parando todo lo parable ante un Barcelona que acabaría la temporada llevándose el segundo triplete de su historia. 

Sirva este dato para realzar el mérito de una victoria que había logrado el Celta en los 73 años anteriores. Una victoria histórico en un feudo en el que nunca habían podido ganar los vigueses, que lograron su anterior victoria ante los catalanes en el desaparecido estadio de Les Corts. La victoria se fraguó en un gran trabajo defensivo, de contención de las estrellas azulgrana, que cuando podían superar a la zaga céltica se encontraban con el gato de Catoira. 

Pero el Celta no se limitó a defenderse, sino que fue a Barcelona en busca de los tres puntos, y los encontró en una genial acción de Nolito, que recogió un balón peinado por Pablo Hernández tras el saque de Sergio, y habilitó a Larrivey con un precioso taconazo que no desaprovechó el argentino para poner el 0-1 definitivo. Un gol bellísimo en su ejecución, que perdurará en las retinas de los aficionados célticos. 

Pero lo que seguramente recordarán serán las estiradas de Sergio Álvarez, la pugna de Neymar con Hugo Mallo. El brasileño conoció aquel día a un futbolista con el que ha tenido varias fricciones desde entonces. Incluso Jonny con Messi. El de Matamá supo contener, que no parar, al mejor jugador del mundo en ese momento. Un partido muy completo, que será historia, y que supuso el inicio de lo que es el Celta actual al que todo el fútbol español respeta y valora por su fútbol alegre y efectivo.

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