Foto: EFE
Pablo Hernández fue el mejor futbolista del Celta sobre el terreno de juego en el encuentro contra el Valencia. Decisivo en el triunfo de Anoeta con su golazo en el minuto 89, el 'Tucu' ratificó su crecimiento futbolístico en el equipo con un buen partido, pese a la dolorosa derrota. Estuvo muy intenso, rápido, mayoritariamente acertado en la elaboración e incisivo a la hora de atacar. Ha alcanzado una nueva dimensión y los habituales pitidos se han transformado en aplausos, permitiendo ver la mejor versión de un jugador que había ofrecido detalles y poca continuidad.
Protagonista de la falta polémica, autor de un golazo anulado y partícipe del 1-1
En el primer tiempo, su participación fue decisiva. Fue protagonista en la jugada polémica del partido. En una de sus arrancadas hacia la portería contraria, fue derribado por Javi Fuego en las proximidades de la frontal valencianista y Vicandi Garrido pitó falta, pese a que el Celta prosiguió la jugada con el tanto de Wass. El visitante apenas recibió una tarjeta amarilla. Además, firmó un precioso gol de cabeza, deleite de potencia y colocación, que fue anulado por fuera de juego y participó en el 1-1 cabeceando hacia Wass el córner de Nolito en el que acabaría marcando Augusto.
Es obvio que el resultado invita a la autocrítica, a corregir errores. No obstante, también dejó una gran noticia. Pablo Hernández crece y el equipo lo agradece, aunque la derrota oscurezca su brillo.
Twitter: @marcosblancoh
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