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Foto: Agencia Uno |
Como bien recordaréis, el partido estuvo suspendido durante unos minutos por el lanzamiento de un bote de gas lacrimógeno que obligó a desalojar el estadio. Los pocos que decidieron volver a entrar pudieron ver un golazo de Nolito en una lanzamiento de falta directa que llevaba el 0-2 final al marcador.
Aquella era una versión de prueba del actual Celta, pero ya por entonces Nolito y Orellana sembraban el terror entre las zagas rivales. Ahora, dos años después, mucho mejor acompañados que entonces, llenos de confianza y con el respeto ganado por lo hecho desde entonces, siguen siendo el dúo dinámico. Una de las parejas más peligrosas de la Liga.
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